
La manifestación de ciertas emociones pueden crearnos problemas y dificultades, especialmente en el trabajo. Si eres de los que no puede esconder lo que siente; tu cara lo dice todo, se te notan las emociones, por ejemplo, de ira, a la hora de hablar, entonces es momento de que aprendas a pensar positivo, cuando todo va mal, calmar y gestionar la mente, a tu favor.
1. El primer paso para aprender a controlar y gestionar tus emociones es conocerlas.
Dedícale el tiempo que necesites a identificarlas y a conocer cuáles son las emociones que te provocan las distintas situaciones a las que te enfrentas, tanto en el trabajo como en tu vida personal. Recuerda cómo te comportaste en situaciones concretas y medita sobre cómo te habría gustado hacerlo. ¿Te pusiste a la defensiva en aquel choque con un compañero de trabajo? ¿Te mantuviste callado en aquella conversación con tu jefe? Haz una lista con estos comportamientos y piensa cómo podrás enfrentarte a ellos la próxima vez.
2. La inteligencia emocional te ayudará a controlar y gestionar tus nervios.
Hay dos grupos de personas: Los primeros se bloquean cuando les invaden los nervios frente a una situación, ya que interpretan estos nervios como algo negativo, como una señal de alerta o como un aviso de su cuerpo para salir de ahí. El otro grupo de personas son aquellos que interpretan esos nervios como excitación y ganas de hacerlo bien: una señal de motivación que hará que su ponencia, reunión o entrevista de trabajo sea un éxito. ¿A qué grupo perteneces?
3.Trabaja la inteligencia emocional… ¡en grupo!
Si la inteligencia emocional tiene enormes ventajas y beneficios en ti, imagínate en todo un equipo! La inteligencia emocional consigue aumentar la confianza entre los miembros, el sentido de identificad de grupo y su efectividad… Es el engranaje perfecto que hace que el objetivo del grupo supere las expectativas. Descubre cómo mejorar las relaciones con tus compañeros de trabajo.
4.Tu autoestima, la base de la inteligencia emocional.
Una persona inteligente emocionalmente es aquella que confía tanto en los demás como en él mismo. Es aquella persona que aprende a expresar sus sentimientos de forma clara y que dedica esfuerzos a aprender de los demás. Que valora las ideas ajenas y que no tiene miedo a exponer las suyas.
5- Háblalo con una persona cercana
Obviamente hablar de tus sentimientos en mitad del día de trabajo no es algo común, pero sí puedes hacerlo siempre y cuando lo hagas con alguien que no tenga nada que ver con tu vida laboral. Si vas a decir algo, vete a un lugar privado, y procura que sea lejos de los demás empleados. Una vez estés lejos, llama o envíale un mensaje a una persona que te sepa escuchar y entender, pero que no te juzgue y que tal vez te dé consejo o palabras de aliento para salir de ese momento emocional. En esta conversación, procura no criticar, sino de exponer los hechos y tus emociones tal como son para ti, y con sentido de la auto responsabilidad.