
Cinco sentidos. Eso es lo que siempre nos han contado que tiene el ser humano: vista, oído, tacto, gusto y olfato. En realidad, tenemos muchos más -aunque ninguno nos permitirá ver a los muertos- como la termorecepción que nos permite sentir la temperatura, el conocimiento de dónde están las diferentes partes de nuestro cuerpo, o el sentido del equilibrio. Desde hace décadas, la realidad virtual trata de introducirnos en entornos fabricados con píxeles en vez de con átomos pero el camino hacia Matrix no es fácil y va a hacer falta mucho más que engañar a nuestros ojos y a nuestros oídos para meternos por completo en un entorno imaginario. La tecnología háptica busca embaucar otro de nuestros sentidos: el tacto.
A pesar de que el sentido del tacto no ha tenido un papel estelar como un medio de interactuar con las máquinas, laboratorios en todo el mundo están ansiosos de cerrar la brecha, y las primeras aplicaciones comerciales están llegando al mercado.
Hasta ahora hemos interactuado con un entorno virtual usando una pluralidad de dispositivos portátiles. Según expertos en el tema, en el futuro cercano, no habrá necesidad de que carguemos computadoras portátiles ni teléfonos móviles.
La implementación de la tecnología háptica nos llevará a una nueva era, en la que el mundo virtual estará con nosotros aunque no lo veamos pero si podremos sentirlo.
Los científicos han desarrollado una piel artificial suave y flexible hecha de silicona y electrodos. Esta piel artificial está compuesta por sensores y actuadores suaves que permite que se ajuste a la forma exacta de la muñeca del usuario. Mientras tanto, la retroalimentación háptica es proporcionada por la presión y la vibración.
Es un sistema adaptable con sensores que miden constantemente los movimientos y la deformación de la piel desencadenando una respuesta táctil en tiempo real. Es la primera vez que se desarrolla una piel artificial completamente suave con sensores y actuadores integrados.
En Bristol, Inglaterra, la compañía Ultrahaptics usa ultrasonido para producir «puntos focales» -ondas de sonido concentradas suspendidas en el aire- que crean esencialmente un botón flotante e invisible que responde a la retroalimentación táctil.
Esta misma empresa desarrolló un software capaz de usar la vibración del teléfono para generar sensaciones mucho más precisas que hasta ahora. De hecho, fue usada por el canal de cable americano Showtime para promocionar su serie estrella Homeland en dispositivos Android con un trailer que simulaba la vibración de las aspas de un helicóptero y explosiones.
La llegada de esta tecnología a los smartphones ha llevado a Google a abrir una nueva sección en la app store, juegos que puedes sentir, entre los que destacan Angry Birds Friends o dos de las entregas más memorables de la saga Grand Theft Auto: Vice City y San Andreas, juegos con los que ya puedes vibrar en tu dispositivo.
El usuario puede «sentir» esos puntos e incluso puede diferenciarlos, y tocar algo que no existe debe ser una experiencia alucinante.
Quizás porque la tecnología ya nos acostumbró a escuchar lo que no vemos y a ver lo imposible o quizás porque el sentido del tacto transmite mucha más información a nuestro cerebro de la que un solo sentido puede proporcionar.