
Una de las técnicas más antiguas utilizadas para proteger información es la criptografía. Esta técnica es tan antigua como la escritura. Y uno de los muchos ejemplos que encontramos sobre su uso, es el interesante caso de la historia de la máquina Enigma, usada por los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial para cifrar los mensajes en el frente de batalla.
Básicamente, la criptografía es la técnica que protege documentos y datos. Funciona a través de la utilización de cifras o códigos para escribir algo secreto en documentos y datos confidenciales que circulan en redes locales o en internet. Su utilización es tan antigua como la escritura. Los romanos usaban códigos para ocultar sus proyectos de guerra de aquellos que no debían conocerlos, con el fin de que sólo las personas que conocían el significado de estos códigos descifren el mensaje oculto.
Los seres humanos siempre han sentido la necesidad de ocultar información, mucho antes de que existieran los primeros equipos informáticos y calculadoras. Desde su creación, Internet ha evolucionado hasta convertirse en una herramienta esencial de la comunicación. Sin embargo, esta comunicación implica un número creciente de problemas estratégicos relacionados con las actividades de las empresas en la web. Las transacciones que se realizan a través de la red pueden ser interceptadas y, sobretodo, porque actualmente resulta difícil establecer una legislación sobre Internet. La seguridad de esta información debe garantizarse: este es el rol de la criptografía.
Un mensaje codificado por un método de criptografía debe ser privado, o sea, solamente aquel que envió y aquel que recibe debe tener acceso al contenido del mensaje. Además de eso, un mensaje debe poder ser suscrito, o sea, la persona que la recibió debe poder verificar si el remitente es realmente la persona que dice ser y tener la capacidad de identificar si un mensaje puede haber sido modificado.
Existen tipos de criptografías y estas son:
Simétricas: Es la utilización de determinados algoritmos para descifrar y encriptar (ocultar) documentos. Son grupos de algoritmos distintos que se relacionan unos con otros para mantener la conexión confidencial de la información.
Asimétricas: Es una fórmula matemática que utiliza dos llaves, una pública y la otra privada. La llave pública es aquella a la que cualquier persona puede tener acceso, mientras que la llave privada es aquella que sólo la persona que la recibe es capaz de descifrar.
Criptografía de llave única: La criptografía de llave única utiliza la misma llave tanto para codificar como para decodificar mensajes. A pesar de que este método es bastante eficiente en relación al tiempo de procesamiento, o sea, el tiempo que gasta para codificar y decodificar mensajes, tiene como principal desventaja la necesidad de utilización de un medio seguro para que la llave pueda ser compartida entre personas o entidades que deseen intercambiar información criptografiada.
Criptografía de llaves pública y privada: La criptografía de llaves pública y privada utiliza dos llaves distintas, una para codificar y otra para decodificar mensajes. Con este método cada persona o entidad mantiene dos llaves: una pública, que puede ser divulgada libremente, y otra privada, que debe ser mantenida en secreto por su dueño. Los mensajes codificados con la llave pública solo pueden ser decodificados con la llave privada correspondiente.
Híbrida: Es un método que usa tanto un cifrado simétrico como un asimétrico. Empleando el cifrado de clave pública para compartir una clave para el cifrado simétrico.
Conociendo los conceptos básicos de la criptografía simétrica y la criptografía asimétrica, podemos darnos cuenta de cuál es su mayor diferencia. La seguridad que aporta la primera es de un nivel muy bajo comparado con la seguridad que aporta la segunda. Pero, la rapidez con que la criptografía simétrica cifra y descifra un mensaje es superior a la de la criptografía asimétrica. Por lo que de allí surge la criptografía híbrida.